¿Puede la energía verde liderar el futuro industrial de España?
Un llamamiento reciente de la asociación de aerolíneas ALA instó al nuevo gobierno español a implementar incentivos para la producción de biocombustibles.
La medida sigue un compromiso descrito en el manifiesto del PSOE, que abogaba por que España sea un líder mundial en exportaciones de combustible de aviación sostenible (SAF).
Llamado urgente a la acción gubernamental
El 23 de julio, ALA enfatizó la necesidad de incentivos respaldados por el gobierno para cerrar la importante brecha de costos entre los biocombustibles y los combustibles convencionales. Actualmente, los combustibles sostenibles son de tres a seis veces más caros, lo que dificulta su adopción generalizada.
La anterior ministra de Transportes, Raquel Sánchez, apoyó la iniciativa y el PSOE prometió en su programa electoral «crear un programa de ayuda para el desarrollo de instalaciones de producción de combustibles sostenibles».
ALA está presionando ahora al nuevo ministro, Oscar Puente, para que acelere la implementación del plan. 'Esta es una gran oportunidad para que la industria española lidere las exportaciones de SAF a nivel mundial' afirmó Carolina Herrero, directora de Comunicación y Relaciones Corporativas de ALA.
Mandatos europeos y objetivos nacionales
El impulso de la industria está en línea con la iniciativa ReFuelEU Aviation del Parlamento Europeo, que exige un aumento gradual en el uso de combustibles sostenibles en la aviación europea, del dos por ciento el próximo año al 70 por ciento para 2050.
La orden subraya la importancia de establecer a España como un importante exportador de SAF. En 2019, los biocombustibles representaron apenas el 0,1 por ciento del combustible total, mientras que las proyecciones apuntan a que en 2050 la aviación española necesitará cinco millones de toneladas de SAF al año para cumplir los objetivos de descarbonización.
Impacto ambiental y económico global
A nivel mundial, el mercado de SAF está ganando impulso a medida que países como Estados Unidos ofrecen importantes incentivos fiscales a los productores de biocombustibles.
Del mismo modo, el Reino Unido destinó £165 millones en 2022 a la instalación de cinco plantas eficientes de producción de combustible de aquí a 2025.
Si España hace lo mismo, se estima que la construcción y producción de 32 plantas SAF podría aportar 56.000 millones de euros al PIB y crear 270.000 nuevos puestos de trabajo.
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