Los días del famoso hotel construido en la playa de El Algarópico en la provincia española de Almería están contados. Pero incluso si el fallo judicial declara ilegal toda la construcción, la demolición tendrá que esperar.
La Corte Suprema falló hoy en contra de una apelación presentada por el grupo ambientalista Greenpeace y encontró que la estructura aún no puede ser demolida. ¿La razón? El permiso de construcción, que se emitió por primera vez en 2003, sigue siendo válido.
El hotel en El Algarópico, que nunca ha visto un solo huésped, se ha convertido en un símbolo de la construcción desenfrenada a lo largo de las costas de España durante los años de auge inmobiliario de principios del siglo XXI.
La construcción fue detenida por un juez en 2006, cuando el proyecto efectivamente terminó. Desde entonces, unas 50 sentencias judiciales diferentes han declarado ilegal el hotel: ocupa 100 metros de playa pública, en una parte del Parque Natural Cabo de Cata-Nizar, donde está prohibida la construcción, y el terreno en sí es de propiedad. A la Junta de Andalucía.
De hecho, fue esta compleja red de diferentes casos lo que hizo que la estructura fuera tan difícil de desmantelar. En 2011, los gobiernos federal y regional se llevaron bien y acordaron un plan conjunto, pero luego ambos argumentaron que no podía continuar hasta que se resolvieran todos los casos.
Según un periódico español, el Tribunal Supremo también ha concluido lo mismo País. En una sentencia que se hará pública en los próximos días, el tribunal superior dictaminó que la demolición debe esperar hasta que el ayuntamiento revoque la licencia de construcción.
Presión de paz verde
El año pasado la Audiencia Nacional de Andalucía pidió revisión de la licencia del Ayuntamiento de Carboneras -gestionado por el Partido Socialista- por nulidad de pleno derecho. Pero el consejo aún no lo ha hecho, a pesar de las súplicas de los tribunales y grupos ambientalistas.
A pesar de este último contratiempo, Greenpeace tiene previsto seguir presionando al Ayuntamiento de Carboneras para que revoque la licencia y pedirá a la Audiencia Nacional de Andalucía que tome medidas disciplinarias contra el alcalde por su inacción.
Una vez que todos estos obstáculos legales finalmente se eliminen, el plan para derribar el hotel finalmente puede seguir adelante. Un estudio elaborado en 2012 por un organismo público estimó el coste del derribo en 7,2 millones de euros. Pero como esta estimación se hizo hace 10 años, la factura final será mucho más alta.
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